Salimos el miércoles 16 de abril con la última luz de la tarde hacia Quintanaloma para vivir una pascua intensa, bonita y tranquila. Como siempre, con la furgoneta cargada hasta arriba.
Tras presentarnos todos, distribuir habitaciones y cenar, tuvimos una breve velada para compartir, jugar y reír. Mario y Nacho se encargaron de que disfrutáramos el rato.

Jueves Santo
Por la mañana de Jueves Santo, a pesar de la amenaza de lluvia, salimos en coches hacia Sedano. De allí tomamos un camino que discurría por un vallecillo con muchas corrientes por la lluvia; luego el camino se convirtió en senda y después en nada pues la vegetación la había cerrado. Ascendiendo suavemente llegamos a Mozuelos de Sedano, un pueblo mínimo en el que no encontramos más compañía que la de dos gatos que querían compartir nuestro almuerzo. Por otro camino, más corto, pero más empinado, bajamos en poco tiempo a Sedano, de donde volvimos a Quintanaloma.

Por la tarde celebramos la Cena del Señor. Este año contamos con la inestimable colaboración de Víctor López Pelarda, joven sacerdote y amigo que está doctorándose en Roma. La celebración fue bonita y sentida. Luego diversas actividades para los más jóvenes. Por la noche, además de una velada juvenil, dedicamos un rato a recordar la noche de Jesús en el Huerto de los Olivos.

El dolmen de la Arnilla
La mañana del viernes la dedicamos a visitar el dolmen de la Arnilla, el más vistoso y mejor conservado de Burgos. Está a poco más de tres kilómetros de nuestra casa, pero no existe ningún camino que acceda de forma directa. De nuevo, recorrimos caminos, sendas, tuvimos que atravesar verjas con espino para llegar a esa rústica edificación de 5700 años.

Por la tarde, con la suavidad del día anterior, celebramos los oficios de viernes santo. Después vimos e hicimos un curioso cineforum (preguntas en forma de concurso) de Resucitado, película de romanos ambientada en tiempos de Jesús.
Nuevos amigos en Sábado Santo
El sábado se nos unieron un grupo de siete jóvenes hispanoamericanos que vinieron con Diego, el sacerdote que nos acompañó el año pasado. Con ellos caminamos hacia Moradillo de Sedano y visitamos su impresionante iglesia románica. Les llamó mucho la atención un templo de casi 900 años. En la Iglesia, Diego nos preparó una pequeña reflexión sobre el día y a la salida, además de almorzar, nos hicimos las fotos de rigor.

Compartimos parte de la tarde con este grupo de venezolanos, colombianos, salvadoreños hasta que volvieron a Burgos. Preparamos la vigilia pascual y la celebramos son solemnidad y sencillez. Fue un rato muy bonito; Víctor nos ayudó a entender los símbolos tan llenos de belleza y significado. Después, la cena con cordero, las torrijas (¡qué ricas!) y una larga sobremesa hablando de todo lo humano y divino.

El domingo por la mañana, tras el desayuno, sin levantarnos de la mesa, tuvimos un sencillo cambio de impresiones. Bienestar generalizado, convivencia grata, rutas bonitas sin mojarnos, celebraciones cercanas y bien preparadas, buena relación entre asistentes de edades muy diversas… Unos días renovadores para encarar con ganas el final de curso. Después, recoger, limpieza y a las 14:00h estábamos en Burgos.
