Parteluz surge en los días finales del verano de 1992 del corazón de Serafín Tapia, entonces profesor de EGB en el Colegio Círculo Católico de Burgos. La Asociación nació fruto de una triple confluencia: una pena intensa al contemplar como antiguos alumnos con los que había compartido actividades y sueños, al dejar el centro, se iniciaban en experiencias poco recomendables; la certeza de que con ellos se podían llevar a cabo obras hermosas si juntos desarrollaban su potencial personal; y, sobre todo, un vigoroso impulso interior, un poco del cielo, un poco del corazón, que le comunicó la luz y la fuerza necesarias para iniciar una asociación que agrandase la vida de estos adolescentes y jóvenes.
En un ambiente de libertad, de amistad, de franqueza, de superación personal; en un contacto frecuente con la naturaleza; cuidando el desarrollo interior y potenciando las acciones de voluntariado; con un punto de rebeldía hacia la injusticia del mundo; velando siempre por la vida interna del grupo (la vida de familia)… Parteluz fue creciendo y desarrollándose y acogiendo a personas de distintas edades y procedencias.
Aunque las actividades ordinarias se repiten año tras año con pocos cambios, a lo largo del tiempo han ido surgiendo otras actividades y asociaciones: la Asociación Deportiva Foramontanos, la ONGD Persona-Solidaridad, la Asociación Universitaria Mainel, la Asociación Cristina Éfeso, la Asociación de Padres de Parteluz, grupos musicales y de teatro, foros de cultura… según los intereses de los participantes. Algunos de estos grupos y asociaciones tuvieron una existencia efímera, otros son una hermosa realidad que llega hasta hoy.
Parteluz se define como una familia que forma personas para el bien. Es familia porque educadores y jóvenes comparten la vida de grupo sin jerarquías que pongan a unos por encima de otros. La formación tiene como horizonte una persona que desarrolle lo mejor de sí y que tenga presente a su comunidad, a su entorno cultural y natural, y al mundo en que vive.