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Así de bien lo pasamos en el Belén de las Nieves

Belén de las Nieves – El domingo 22 de diciembre amaneció, como los días anteriores, brumoso y oscuro. A pesar de lo poco que animaba, más de veinte personas, participantes habituales de Parteluz y algunos padres, salimos para colocar un belén en Peña Alta, entre Ahedo de Butrón y el valle de Valdivielso.

Las tierras altas del páramo burgalés oscurecieron más la niebla. Parecía que nos dirigíamos hacia la noche en vez de al mediodía. Nos imaginábamos un día triste y frío caminando en la oscuridad húmeda de la niebla, pero al llegar al puerto de la Mazorra todo cambió. Las nubes se quedaron debajo y un cielo azul radiante y un sol luminoso recibieron nuestro comienzo de ruta. Las nubes, por debajo de nosotros, cubrían el valle de Valdivielso formando un espléndido mar de nubes.

2024 Belén de las Nieves Asociación Juvenil Parteluz

Camino al Belén de las Nieves

Por un camino ensanchado para el transporte de aerogeneradores iniciamos poco a poco nuestra ascensión. En grupos irregulares vamos comentando el curso, hablando del paisaje, de las fiestas navideñas, de esto y de lo otro. El último kilómetro se empina un poco y nos dificulta mantener la conversación. Algunos que están menos en forma se quedan un poco atrás. Antes de llegar a los aerogeneradores, dejamos el camino y nos dirigimos a una especie de menhir natural de algo más de dos metros y medio. Algunos papás con niños pequeños se acercaron hasta allí con el coche.

En una hendidura colocamos el belén que traemos (figuritas morenas y redondeadas de estilo andino) y nos paramos a contemplar el hermoso paisaje que tenemos al frente y que antes apenas vimos por quedar a nuestra espalda. Desde las montañas de Palencia en el Sistema cantábrico hasta Alto Campoo y las montañas de Espinosa de los Monteros entre Burgos y Cantabria. A la derecha, en el fondo del valle, se reconocían las orgullosas torres de Medina de Pomar. Después pasaríamos por allí.

2024 Belén de las Nieves Asociación Juvenil Parteluz

Villancicos y almuerzo

Tras una breve motivación recordando la Historia de Israel que conduce hacia Belén, cantamos villancicos a placer. Aunque es invierno y la temperatura es baja, luce el sol y se está a gusto entonando las melodías navideñas de siempre y mirando montañas nevadas al fondo. A continuación, como manda el protocolo no escrito, el almuerzo en el que cada uno comparte sus habilidades culinarias o lo que ha comprado en el supermercado el día anterior. Todo está rico y se come con ganas. El esfuerzo y la hora no merecen menos.

La vuelta en bajada, como es lo propio, es más rápida que la subida. Continúa el mar de nubes sobre el valle de Valdivielso y la sierra de la Tesla que lo cierra aparece como una gran isla sobre ellas.

2024 Belén de las Nieves Asociación Juvenil Parteluz

Con los coches nos acercamos al Convento de Santa Clara en Medina de Pomar. Las hermanas nos han preparado una sala caliente para que podamos comer. Tiene el encanto de las construcciones castellanas del siglo XVI. Algunos calientan caldos y guisos en el microondas, otros abren latas o botellas, todos empezamos a comer. Lo que lleva cada uno corre de aquí a allá para que los demás lo prueben. Con la comida, la conversación se anima. El ambientillo crece con los dulces y el café. Risas, comentarios, algún estribillo navideño… A pesar de todo el jaleo, un padre se queda profundamente dormido. Se ve que hay confianza… y sueño.

Visitamos a las hermanas que, como siempre, nos deleitan entonando villancicos con sus voces afinadas. Charlamos sobre lo divino y humano, comentamos las novedades del último año y los proyectos más inmediatos. La cordialidad y cercanía que compartimos, más allá de los dulces que nos sacan, tiene el sabor de la mejor Navidad. Todos nos sentimos muy a gusto.

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Eucaristía con el párroco de Medina, Marcos

Marcos, el párroco de Medina, nos visita. Nos ha acompañado en algunas actividades de verano por las tierras del norte de España. Para los que lo desean, celebra una misa cercana, de familia, con todo el sabor navideño. Cuando nos queremos dar cuenta, ya es de noche. Nos montamos en los coches de vuelta a Burgos. A los que van en la furgoneta todavía les queda una hora larga de villancicos, canciones y charla amistosa. De nuevo, nos visita la niebla, pero ahora hasta nos parece navideña.

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