Antes de que empiecen los exámenes de la segunda preevaluación (finales de enero), queremos retomar una actividad que ya desarrollamos en el puente de la Inmaculada y nos parece de especial valor: el Oasis.
Saldremos el viernes 13 de enero a las 20:00h de nuestro local, en Burgense, 4. Estaremos de vuelta el domingo 15 a las 17:00h. Viviremos en el centro de espiritualidad de las clarisas de Belorado, una especie de casa rural con habitaciones dobles, ideal para una experiencia como el Oasis.
El Oasis es una actividad formativa (no es una convivencia) en la que buscamos que cada uno de los participantes entre en su corazón, eche una ojeada a por dónde va su vida y piense los caminos que le convienen para desarrollarse como persona en el futuro.
Tú sacas conclusiones y marcas propósitos
Para ello recurrimos a diversas disciplinas: psicología, sociología, historia, antropología, espiritualidades orientales, a nuestra experiencia grupal y, por supuesto, a la experiencia cristiana. Una cuestión importante: el Oasis nunca es directivo: a nadie se le va a decir lo que tiene que hacer o dejar de hacer, cada uno saca sus conclusiones y propósitos.
El Oasis se desarrolla a través de una serie de reflexiones y dinámicas que ayudan a la introspección personal, aunque también hay momentos para compartir. Procuramos que todo sea más testimonial y vivencial que teórico. Y los participantes cuentan con la posibilidad de comentar con algunos educadores las cuestiones personales o especulativas que se les puedan suscitar.
Los temas van a lo esencial de la vida: cómo encontrarnos cómodos con nuestra propia persona, lo que ayuda y desayuda a la felicidad, técnicas para entrar en el propio corazón, la identidad personal como gran logro de la adolescencia, aprender a disfrutar de las posibilidades que nos brinda la vida, modos para gestionar frustraciones y sufrimientos, la importancia de un grupo para madurar como personas…
Como podéis observar son los temas gruesos de la vida y, con las lógicas adaptaciones, pueden valer para cualquier edad. De hecho, cuando en otros tiempos preparamos Oasis para padres resultaron más intensos que los de los hijos.
El resultado: bienestar con uno mismo
Los frutos del Oasis son diversos como diversas son las personas y las situaciones que están viviendo. El fruto más común es el bienestar con uno mismo que se expresa en una alegría honda, en una mirada esperanzada al futuro y en un relacionarse más suave y más amable, menos tenso. A algunas personas, normalmente más mayores, estos días de reflexión les ayudan a clarificar y tomar decisiones importantes.
Unos días para crecer por dentro y clarificar lo que se está viviendo. Unos días muy recomendables para cualquier persona (no solo jóvenes) que quiera encontrarse bien consigo misma y mejorar su encaje en la vida.